La diarrea es un trastorno común que afecta al tracto gastrointestinal que se caracteriza por evacuaciones intestinales líquidas y frecuentes (más de 3 deposiciones diarias). Es fundamental mantener una buena higiene personal y alimentaria para prevenir la propagación de infecciones que pueden provocar diarrea. Además, pueden ser de utilidad las sales de rehidratación oral (SRO), ya que presentan la capacidad de restablecer el equilibrio de líquidos y electrolitos en el organismo durante los episodios de diarrea.
Diarrea
La diarrea se produce cuando el intestino no absorbe adecuadamente el agua o cuando hay un aumento en la secreción de líquidos hacia el intestino. La diarrea puede tener diversas causas, como infecciones virales, bacterianas o parasitarias, consumo de alimentos en mal estado, intolerancia a ciertos alimentos, medicamentos, enfermedades inflamatorias del intestino, etc.
El proceso fisiopatológico involucra una alteración en la motilidad intestinal y una disminución en la absorción de agua y electrolitos. Los síntomas más comunes incluyen deposiciones frecuentes, heces líquidas, dolor abdominal, fiebre y deshidratación.
Es importante destacar que la diarrea puede ser aguda o crónica, dependiendo de su duración. En casos leves, la diarrea generalmente se resuelve por sí sola en unos pocos días. Sin embargo, en casos graves o prolongados, puede ser necesario prevenir la deshidratación y tratar la causa subyacente.
Tipos de diarrea y sus características
Existen diferentes tipos de diarrea, cada uno con sus propias características distintivas.
Diarrea aguda
La diarrea aguda es la más común y suele durar menos de dos semanas. Puede ser causada por infecciones virales, bacterianas o parasitarias, así como por alimentos contaminados o intolerancias alimentarias.
Diarrea del viajero
Existe un tipo de diarrea denominada diarrea del viajero que es comúnmente causada por la ingesta de alimentos o agua contaminados durante los viajes, especialmente a países en vías de desarrollo. Esta diarrea es usualmente aguda y causada por bacterias, aunque los virus y parásitos también pueden producirla.
Diarrea persistente
Algunos autores describen la denominada diarrea persistente que es aquella diarrea que dura más de dos semanas, pero menos de cuatro semanas. Puede ser el resultado de una infección o de trastornos digestivos como la enfermedad inflamatoria intestinal, el síndrome del intestino irritable, o intolerancias alimentarias.
Diarrea crónica
Por otro lado, la diarrea crónica se prolonga durante más de cuatro semanas y puede estar relacionada con enfermedades inflamatorias intestinales, como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa.
Diarrea osmótica
Además, existe la diarrea osmótica, que se produce cuando el intestino no puede absorber adecuadamente los líquidos y nutrientes, generalmente debido a problemas enzimáticos o problemas de malabsorción (intolerancia a la lactosa, etc.).
Diarrea secretora
Por último, la diarrea secretora se caracteriza por un aumento en la producción de líquido en el intestino debido a trastornos hormonales o tumores.
Diarrea por antibiótico
Un caso a destacar es la diarrea causada por los antibióticos que puede producirse por varios mecanismos: el primero es su propio efecto tóxico directo en el intestino; el segundo, una alteración de la microbiota intestinal, reduciéndose ciertas poblaciones de bacterias intestinales capaces de fermentar hidratos de carbono, por lo que los azúcares no absorbidos, permanecen en la luz intestinal captando agua, lo que provoca diarrea osmótica y la disbiosis puede facilitar el crecimiento de bacterias patógenas (Clostridium difficile; etc.) que produzcan la diarrea de manera directa.
Es importante identificar el tipo de diarrea para determinar el tratamiento adecuado y evitar complicaciones. Si la diarrea persiste o presenta síntomas graves como fiebre alta o sangre en las heces, es necesaria una intervención médica urgente.
Manejo de la diarrea
El organismo en pocos días va a ser capaz, en la mayoría de los casos, de reestablecer de nuevo la funcionalidad del intestino.
El tratamiento debe ir básicamente encaminado a intentar disminuir la duración de la diarrea y a prevenir o tratar la deshidratación, es decir, mantener el equilibrio hidroelectrolítico del paciente en los parámetros adecuados, mientras que el sistema inmune y los sistemas de reparación del organismo, consiguen la vuelta a la normalidad.
La reposición de líquidos es la base del tratamiento de las diarreas víricas agudas, pues es justamente la deshidratación lo que puede complicar el cuadro, produciendo daños orgánicos que pueden llevar a la muerte al paciente. En 1978, la revista The Lancet, afirmó que “el descubrimiento de las soluciones de rehidratación oral es potencialmente el avance médico más importante del siglo XX”.
Otro pilar básico del tratamiento de la diarrea aguda es la dieta. Hasta no hace mucho tiempo se recomendaba dieta absoluta. Hoy se sabe que no tiene más beneficios que una dieta astringente y, especialmente en niños, la dieta absoluta puede ser perjudicial y está contraindicada.
La importancia de una dieta astringente para la diarrea
La dieta astringente desempeña un papel crucial en el manejo efectivo de la diarrea. Se caracteriza por incluir alimentos que ayudan a disminuir la frecuencia y aumentar la consistencia de las deposiciones, al tiempo que promueven la recuperación del aparato digestivo. Al optar por una dieta astringente, es importante tener en cuenta las siguientes características:
- No hacer comidas abundantes, con poca cantidad y varias veces al día.
- No tomar alimentos ni muy fríos ni muy calientes.
- Alimentos cocinados de forma sencilla: hervido, plancha…
- Dieta pobre en fibra insoluble: legumbres, verduras, ciertas frutas
- Las frutas recomendadas son el plátano, la pera y la manzana. Mejor en compota, asadas o trituradas.
- Las hortalizas recomendadas son la patata, la zanahoria y la calabaza.
- Dieta baja en grasa
- Dieta exenta de lactosa. Es conveniente tomar yogures y queso fresco. Evitar la leche al comienzo.
Además de elegir los alimentos adecuados, es fundamental mantener una buena hidratación durante un episodio de diarrea. Esto se puede lograr bebiendo líquidos claros y sin gas, como agua, infusiones suaves o bebidas isotónicas. Evitar el consumo de alcohol y bebidas con cafeína es esencial para no empeorar los síntomas.
Si bien la dieta astringente puede ser beneficiosa para el manejo de la diarrea, es importante tener en cuenta que cada caso es único.
Además, si los síntomas persisten o empeoran, es necesario descartar posibles complicaciones.
El papel crucial de las sales de rehidratación oral
Las sales de rehidratación oral (SRO) presentan la capacidad de restablecer el equilibrio de líquidos y electrolitos en el organismo durante los episodios de diarrea. Estas sales contienen una combinación adecuada de sodio, potasio, cloruro y glucosa, que ayudan a reponer los nutrientes perdidos a través de las deposiciones líquidas.
Al ser administradas por vía oral, las sales de rehidratación son absorbidas por el intestino y transportadas hacia el torrente sanguíneo, donde contribuyen a mantener un balance adecuado de agua y electrolitos en el cuerpo. Las sales ayudan a prevenir la descompensación hidroelectrolítica, que puede manifestarse con síntomas como debilidad, mareos y calambres musculares.
Las sales de rehidratación oral no resuelven la diarrea ni disminuyen su duración, pero sí limitan el riesgo de deshidratación y sus consecuencias: pérdida de peso, desnutrición y daño celular.
Es fundamental seguir las indicaciones específicas sobre la preparación y administración de las sales de rehidratación oral, así como respetar las cantidades recomendadas para cada grupo de edad. Es importante destacar que estas sales no deben ser utilizadas como sustituto de una dieta balanceada y variada, sino como complemento para restablecer el equilibrio hidroelectrolítico en casos de diarrea.
Beneficios de los probióticos con sales de rehidratación oral
Los probióticos son microorganismos vivos que, cuando se consumen en cantidades adecuadas, pueden proporcionar beneficios para la salud.
Cuando se combinan con sales de rehidratación oral, los probióticos pueden ser especialmente útiles en el manejo de la diarrea. Estos microorganismos beneficiosos ayudan a restaurar el equilibrio de la microbiota intestinal y promueven una recuperación más rápida.
Los probióticos actúan compitiendo con los patógenos intestinales por los nutrientes y los sitios de adhesión en la mucosa intestinal, lo que reduce la capacidad de los patógenos para proliferar y causar daño. Además, los probióticos pueden estimular la producción de sustancias antimicrobianas y fortalecer la barrera intestinal, mejorando así la función del sistema inmunológico.
Es importante destacar que no todos los probióticos son iguales y que cada cepa puede tener diferentes efectos beneficiosos. Por esta razón, es fundamental elegir un probiótico específico para el manejo de la diarrea, que haya sido respaldado por estudios científicos y recomendado por las sociedades científicas. Este es el caso del Saccharomyces boulardii que ha demostrado acortar el tiempo de la diarrea tanto en diarrea infecciosa como en la diarrea postantibiótica.
Esta cepa probiótica (Saccharomyces boulardii) permanece en la mucosa intestinal y tiene una acción muy positiva en el entorno, impidiendo la proliferación de patógenos, mejorando la digestión de los nutrientes y controlando la inflamación de la mucosa intestinal y la secreción de agua y electrolitos a la luz del intestino.
Se ha comprobado que la presencia de Saccharomyces boulardii en el intestino aumenta la producción de ácidos grasos de cadena corta, especialmente de butirato, lo que tiene que ver con el control de la respuesta inflamatoria.
Recomendaciones de las sociedades científicas sobre las sales de rehidratación
Las sociedades científicas han emitido recomendaciones importantes sobre el uso de sales de rehidratación oral en el manejo de la diarrea.
Estas recomendaciones se basan en evidencia científica. Actualmente en nuestro medio se utilizan las sales de baja osmolaridad, con una composición dentro de los márgenes que recomienda la ESPGHAN (European Society for Paediatric Gastroenterology Hepatology and Nutrition) y otras sociedades científicas.
Entre las principales recomendaciones se encuentra la importancia de utilizar soluciones de rehidratación oral que contengan una cantidad adecuada de sales, como sodio y potasio, para reponer los electrolitos perdidos durante la diarrea. Además, se sugiere que estas soluciones sean administradas de forma fraccionada y en pequeñas cantidades frecuentes para asegurar una mejor absorción y tolerancia por parte del organismo.
También se destaca la necesidad de evitar el uso de bebidas azucaradas o carbonatadas, ya que pueden empeorar los síntomas y no son efectivas en el tratamiento de la deshidratación causada por la diarrea. Asimismo, se recomienda que las soluciones de rehidratación oral sean preparadas utilizando agua potable limpia y segura, y que se sigan las instrucciones de dilución proporcionadas por el fabricante.
Cuándo están contraindicadas
Las sales de rehidratación oral (SRO) aunque son seguras y efectivas para la mayoría de las personas, hay algunas situaciones en las que su uso puede estar contraindicado o requerir precaución. Estas incluyen:
- Insuficiencia renal severa
- Obstrucción intestinal
- Vómitos incontrolables
- Alteraciones significativas de la conciencia o en estado de shock
- Hipernatremia o hiponatremia severas
- Alergias a los componentes de la solución
- Pacientes con restricciones de líquidos: enfermedades cardíacas avanzadas o algunos casos de insuficiencia hepática.
Es importante anotar que las situaciones en las que las SRO no deben ser utilizadas son relativamente raras. En la mayoría de los casos, las sales de rehidratación oral son una herramienta segura y efectiva para el manejo de la deshidratación causada por la diarrea.
En la actualidad existen comercializados productos que contienen las sales de rehidratación oral con la composición adecuada junto con cepas probióticas que ayudan a acortar la duración de la diarrea. De esta forma la rehidratación, la corrección del equilibrio microbiano y una dieta astringente son los pilares para el manejo de la diarrea. En cualquier caso, se debe individualizar cada caso y tratar la causa subyacente de la diarrea.
Referencias
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