Factores de riesgo asociados a la colonización y proliferación de Escherichia Coli en el tracto urinario

La bacteria Escherichia Coli es una bacteria gram negativa que habita de forma natural en el tracto intestinal de los seres humanos y de algunos animales como aves y mamíferos, sin embargo, cuando esta bacteria se desplaza hacia el sistema urinario, puede causar infecciones del tracto urinario, especialmente cistitis.

Infecciones del tracto urinario

Las infecciones del tracto urinario (ITUs) son la segunda causa de consulta por patología infecciosa en atención primaria, después de las infecciones respiratorias. Más del 50% de las mujeres presentará al menos un episodio de ITU en su vida y aproximadamente un tercio de éstas presentará recurrencias.

Generalmente se trata de ITUs no complicadas. Se considera que una ITU es no complicada cuando se presenta en individuos cuyos mecanismos de defensa se encuentran intactos y con un tracto urinario estructuralmente normal.

Dentro de las ITUs no complicadas la más frecuente en la mujer es la cistitis (aproximadamente 80%). El término cistitis hace referencia a la inflamación de la vejiga urinaria, habitualmente de causa infecciosa. Cursa con síntomas como sensación repentina de tener que orinar urgentemente, dolor-escozor al orinar, incontinencia y dolor en la zona del pubis. Puede haber fiebre, pero no es frecuente. En ocasiones hay cambios en el color y el olor de la orina, volviéndose más oscura y con un olor más fuerte.

Los responsables de las infecciones urinarias

La mayoría de las ITUs se generan por vía ascendente y habitualmente están producidas por microorganismos procedentes de la zona del colon. Estos gérmenes suelen estar presentes en la zona perineal y migran hasta alcanzar la uretra desde donde ascienden hasta la vejiga.

En España, la bacteria Escherichia coli (E.coli) es el uropatógeno más frecuente en mujeres de 18 a 65 años (casi el 80% de las infecciones ambulatorias y 50% de las producidas en el ambiente hospitalario), seguido a gran distancia por Staphylococcus saprophyticus (4,4%), más aislado en mujeres menores de 30 años de edad, Proteus mirabilis (4,3%), más aislado en mujeres mayores de 50 años de edad, Enterococcus faecalis (3,2%) y Klebsiella pneumoniae (2,3%).

Factores de protección frente a cistitis

En la mujer sana el mecanismo defensivo fundamental frente a las cistitis es la protección vaginal gracias a la presencia de lactobacilos. Su función defensiva se basa principalmente en su capacidad de acidificar la zona por la producción de ácido láctico, pero también en que aportan sustancias antimicrobianas como agua oxigenada (H2O2) que inhibe el crecimiento de los patógenos y surfactantes que impiden la adherencia bacteriana.

Una microbiota vaginal equilibrada dificulta la migración de las enterobacterias, entre las que se encuentra la bacteria Escherichia Coli, desde el colon hasta la uretra. Además, la microbiota vaginal aumenta la capacidad inmunitaria del hospedador a través de la estimulación de citoquinas, macrófagos y leucocitos.

Factores de riesgo para la producción de cistitis

Podemos distinguir entre aquellos factores que tienen que ver con la capacidad de la bacteria para producir enfermedad (factores de virulencia) y los factores relacionados con el propio hospedador.

Factores de virulencia

Las enterobacterias, en una primera fase, colonizan la vagina y la región periuretral. Un pequeño número de bacterias consigue ascender hasta la vejiga y más excepcionalmente al riñón. Normalmente estas bacterias son eliminadas por el flujo y las propiedades antibacterianas de la orina y por la presencia de Inmunoglobulina A secretora (IgAs) en la mucosa de la vejiga. Si las bacterias no son eliminadas, se inicia una colonización (adhesión del microorganismo al urotelio y reproducción) o una infección (lo que implica ya una lesión del epitelio vesical).

La capacidad de producir patología de la bacteria Escherichia Coli viene dada por varios mecanismos:

• La presencia de adhesinas. Estas adhesinas se encuentran en unas estructuras alargadas denominadas fimbrias tipo 1 y fimbrias P. Las fimbrias P pueden ser inactivadas por las proantocianidinas, presentes en algunos vegetales como los arándanos o las semillas de uva. Las fimbrias tipo 1 se unen a algunos azúcares como la manosa y pierden así su capacidad para anclarse al urotelio. La combinación de D-Manosa y PAC es una estrategia útil en la prevención de las cistitis. Los productos que combinan ambos componentes son activos frente a los dos tipos de fimbrias de la E. Coli, consiguiendo la inactivación de ambas y, por tanto, impidiendo el anclaje de la bacteria a la pared de la vejiga. La bacteria que no se ancla es arrastrada por la orina y eliminada.
• La capacidad de estructurarse en biopelículas o biofilm. El biofilm es un estado de crecimiento natural común para muchos microorganismos que le hace muy resistente a los ataques externos.
• La liberación de toxinas.

Factores relacionados con el hospedador

El factor de riesgo más importante en la producción de una infección urinaria es la disminución del número de lactobacilos vaginales por la causa que sea (deficiencia estrogénica en la menopausia, tratamiento antibiótico, uso de espermicidas, aumento de la actividad sexual, etc.), provocando la alteración de la protección que los lactobacilos generan a nivel del tracto urogenital.

Es por esto, que se considera una estrategia de prevención frente a cistitis recidivantes en mujeres, el uso de probióticos, especialmente del género lactobacilo.

Condiciones externas

Existen además algunas condiciones externas comunes pueden aumentar la probabilidad de padecer cistitis y que tienen que ver con cambios en las condiciones de temperatura y humedad:

• Invierno. El frío puede favorecer la aparición de cistitis.
• Verano. El baño en piscinas y playas, si no se hace un cambio inmediato del bañador para evitar la humedad en la zona, favorece mucho la aparición de cistitis.
• Hábitos que mantienen la humedad en la región perineal. Mujeres que hacen deporte, puesto que el sudor mantiene la humedad en la zona o aquellas mujeres que durante todo el año van a la piscina.

Grupos de edad

• Entre los 15 y los 50 años los principales factores son:
  • Relaciones sexuales frecuentes. En estas edades la relación sexual es el principal factor de riesgo de ITU ya que facilita tanto la colonización periuretral por E. coli como el ascenso de la misma hasta la vejiga. El inicio de la actividad sexual incrementa el riesgo de padecer una ITU en 3,5 veces.
  • Uso de espermicidas
  • Antibioticoterapia previa
  • ITU previas
  • Embarazo

• Mujeres postmenopáusicas entre los 50 y 70 años de edad: el factor principal es la disminución de los estrógenos, lo que aumenta el pH vaginal y reduce la cifra de lactobacilos vaginales. Otros factores son incontinencia urinaria, cirugía urogenital, cistocele e historia de ITU previas.
• En mujeres mayores de 70 años el principal factor de riesgo es el sondaje vesical y las alteraciones anatómicas del sistema urinario.

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