D-manosa para la prevención de infecciones urinarias recurrentes

La D-manosa tiene efectos antiadhesivos sobre las bacterias. Por ello, y por no presentar efectos secundarios, se convierte en un compuesto muy interesante para tratar y prevenir las infecciones de orina.

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¿Qué es la D-manosa?

La D-manosa es un azúcar simple o monosacárido. Se encuentra presente en muchas plantas y frutas en pequeñas cantidades.

Se absorbe en el tracto gastrointestinal y pasa a sangre, no almacenándose en ningún órgano. Tras el transcurso de una hora, el 90% de la D-manosa ingerida se puede encontrar en la sangre.

No tiene efectos secundarios en el intestino ni en el metabolismo glucídico y puede ser utilizada por pacientes diabéticos. La D-manosa se elimina de forma rápida y en grandes concentraciones por los riñones a través de la orina.

La D-manosa es efectivo en el tratamiento de las infecciones urinarias recurrentes. De hecho, se estima que es más efectiva si se asocia a PACs procedentes de los arándanos.

Además, al no presentar efectos secundarios, se convierte en un compuesto muy interesante para tratar y prevenir las infecciones de orina.

Una gran cantidad de estudios han demostrado que la D-manosa consigue reducir el riesgo de infecciones urinarias recurrentes (ITU-R).

Principalmente, la D-manosa se usa para evitar las recurrencias de cistitis producidas por E. coli ya que, se trata de la infección urinaria más frecuente. Pero se puede utilizar este producto en hombres cuando sea necesario.

En las personas que padecen infecciones urinarias recurrentes el uso de D-manosa como profilaxis puede ser muy útil evitando posibles complicaciones. También puede ser útil en el caso de infecciones urinarias causadas por manipulación (urostomía, sondaje, etc.).

Importancia de la D-manosa para la prevención de la cistitis

La cistitis es una infección urinaria muy frecuente, sobre todo en las mujeres que está causada la mayoría de las ocasiones por bacterias que ascienden por la uretra a través del meato uretral para, finalmente, adherirse a las paredes de la vejiga.

Según la evolución que presenta la infección urinaria (ITU) podemos distinguir las infecciones urinarias agudas de presentación brusca y autolimitada.

Por otro lado, existen las infecciones urinarias crónicas en las que el microorganismo causante permanece durante varios meses e incluso años, produciéndose numerosas recidivas.

La mayoría de las infecciones urinarias son ITUs no complicadas. Se considera que una ITU es no complicada cuando se presenta en individuos cuyos mecanismos de defensa se encuentran intactos y con un tracto urinario estructuralmente normal.

La recurrencia puede deberse a una reinfección o a una recaída o recidiva. En la mayoría de los casos se deben a reinfección producida por una bacteria procedente del intestino.

D-manosa para la prevención de infecciones urinarias recurrentes: infecciones urinarias D manosa - HeelEspaña

Datos sobre infecciones urinarias

Más del 50% de las mujeres presentarán al menos un episodio de ITU a lo largo de su vida.

Según los datos de la asociación Española de Urología, el 30% de las mujeres que sufren cistitis a lo largo de su vida, tendrán varias infecciones urinarias. Cuando una mujer sufre 2 o más infecciones en 6 meses o 3 o más infecciones en un año, se habla de infección urinaria recurrente (ITU-R).

Como hemos comentado anteriormente, la mayoría de las ITUs se generan por vía ascendente. Habitualmente están producidas por microorganismos procedentes del intestino (enterobacterias especialmente).

Estos microorganismos proceden de la zona perineal. En un menor número de casos la procedencia de los microorganismos es la piel circundante al meato uretral. El microorganismo más frecuente aislado es la Escherichia coli (E.coli) sobre todo en las mujeres de 18 a 65 años.

La E. coli se adhiere a los tejidos urinarios con sus fimbrias (cilios) evitando así que puedan ser expulsadas con la orina. Su hábitat natural es el intestino, por lo que forma parte de la microbiota intestinal y ayuda a la absorción de nutrientes. Sin embargo, algunas cepas desarrollan la capacidad para producir infecciones extraintestinales como la cistitis.

Las infecciones urinarias dependen de la interacción entre los factores de virulencia de las bacterias y de las defensas del hospedador.

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Factores de virulencia de la E. coli

Existen una serie de factores de virulencia que permiten a las bacterias adherirse y colonizar la uretra y migrar a la vejiga.

Entre los principales factores de virulencia de la E. coli, destacan:

  • Una serie de estructuras de las bacterias, denominadas adhesinas (fímbricas o no-fímbricas)
  • Unos receptores de la superficie del epitelio urinario.

De todas las bacterias que producen infecciones urinarias es la Escherichia coli donde se han descrito más tipos de fimbrias distintas, destacando el papel de las fimbrias tipo 1 en la colonización y el de las fimbrias tipo P en la patogenia de los cuadros de cistitis y pielonefritis.

Las fimbrias y cistitis

Las fimbrias son unos filamentos alrededor de la toda la bacteria que surgen de la membrana externa.

Están constituidas por unidades proteicas, colocadas helicoidalmente a lo largo de una estructura cilíndrica, y codificadas por el ADN cromosómico bacteriano. Según sea inhibida o no su adherencia por manosa a los receptores del epitelio urotelial, distinguimos dos tipos principales de fimbrias: manosa sensibles y manosa resistentes.

  • Las fimbrias tipo 1 presentan en su interior la proteína H (adhesina) que es la que se adhiere a la célula urotelial. La mayoría de las cepas uropatógenas de Escherichia coli la presentan. Las fimbrias de tipo 1 tienen como receptores glucoproteínas con residuos de manosa, por tanto, son manosa sensibles. Están presentes en el 80% de las cepas uropatógenas de E. coli.
  • Las fimbrias P están constituidas por numerosas proteínas siendo en concreto la proteína G (adhesina) la que se adhieres a la célula urotelial. Están presentes en el 20% de los E. Coli uropatógenas, siendo manosa resistentes, ya que, los receptores de las fimbrias P son glucoesfingolípidos. Los individuos que son colonizados con E. coli con fimbrias tipo P son más susceptibles de padecer una pielonefritis. Estas fimbrias presentan receptores para las proantocianidinas (PAC) del arándano rojo americano y otros productos.

Además de estos tipos de adhesinas, existen otras no fímbricas que son proteínas bacterianas superficiales que pueden unirse de forma fuerte y a diferencia de las fimbrias, se unen a estructuras proteicas de la superficie celular.

En la adherencia bacteriana de las infecciones urinarias, intervienen otros factores, tanto del microorganismo como del hospedador.

Referencias

• Schaeffer AJ, Matulewicz RS, Klumpp DJ. Infection of the urinary tract. Walsh PC, editor. Cambell-Walsh Urology, eleventh edition, Philadelphia: Elsevier, 2016: 237-303.
• Kyriakides, R., Jones, P., & Somani, B. K. (2021). Role of D-mannose in the prevention of recurrent urinary tract infections: evidence from a systematic review of the literature. European Urology Focus, 7(5), 1166-1169.
• Cistitis no complicada en la mujer Guía Multidisciplinar – Actualización 2017 https://www.aeu.es/UserFiles/files/GUIA_ITU_2017_CAST_42_v04.pdf
• Lenger, S. M., Bradley, M. S., Thomas, D. A., Bertolet, M. H., Lowder, J. L., & Sutcliffe, S. (2020). D-mannose vs other agents for recurrent urinary tract infection prevention in adult women: a systematic review and meta-analysis. American journal of obstetrics and gynecology, 223(2), 265-e1.

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