Actualmente se conoce mucho más del número, el tipo de especies que habitan en la vagina y las causas de padecer una infección vaginal. Además conocemos cuáles son sus funciones y las consecuencias de la alteración de la microbiota vaginal.
El equilibrio en la microbiota vaginal no solo influye en la salud de la vagina, que consigue evitar la infección vaginal. También influye sobre estructuras cercanas como es la vejiga urinaria.
Microbiota intestinal
Todas las mucosas son una importante puerta de entrada de antígenos. Quizás la mucosa intestinal es la que más enfocada se encuentre a esta acción. Pero todas las mucosas del organismo (respiratoria, genitourinaria) participan también en el reconocimiento de lo propio y lo ajeno, lo patógeno y lo inocuo.
La microbiota intestinal es esencial en la obtención de energía, producción de vitaminas y otros nutrientes. Además, regula la inmunidad innata y adquirida, controlando el crecimiento de patógenos y evitando procesos infecciosos e inflamatorios.
Los desequilibrios en la microbiota pueden provocar susceptibilidad a infecciones tanto en la mucosa digestiva como extradigestiva, como por ejemplo en la mucosa vaginal y urinaria.
El uso de prebióticos y probióticos pueden ser elementos esenciales en la terapia de determinadas patologías de estas regiones, equilibrando la microbiota y reparando la mucosa dañada.
Microbiota vaginal
Desde el primer estudio microbiológico de la vagina humana, se conoce la existencia de microorganismos en este hábitat. Antiguamente no existían los medios técnicos para la identificación y aislamiento de estas bacterias.
Sabemos que en el intestino existen numerosas especies diferentes de microorganismos (más de 1000). Sin embargo, en la vagina se han aislado un número muy inferior de especies, siendo los lactobacilos el género predominante (70%). Los lactobacilos reciben este nombre, por tener forma bacilar (alargada) y porque son capaces de producir ácido láctico.
Esta capacidad de sintetizar ácido láctico es una de sus principales características, puesto que la presencia de este ácido provoca una disminución del pH en el ambiente.
Un pH bajo a nivel vaginal va a dificultar el crecimiento de especies patógenas. Además, la microbiota vaginal y, en concreto, los lactobacilos son capaces de producir agua oxigenada (H2O2) y bacteriocinas. Por lo que esto también afecta a la proliferación de microorganismos patógenos.
El agua oxigenada es un antiséptico. Su producción es típica en los lactobacilos vaginales, que soportan concentraciones relativamente elevadas de la misma, a diferencia de lo que ocurre con otras bacterias.
Las bacteriocinas son péptidos (proteínas pequeñas) que matan a las bacterias. Estos abren poros en sus membranas que hacen que las células se vacíen. Y, también, inhiben la formación de la pared que las envuelve (este modo de acción es semejante al de las penicilinas).
Microorganismos de la microbiota vaginal
Con las técnicas de identificación de microorganismos actuales, basadas en el análisis de secuenciación de ARN, se ha podido comprobar que los lactobacilos predominantes en vagina son:
- Lactobacillus crispatus, L. iners, L. jensenii y L. gasseri.
- Existen, además, otros numerosos tipos de lactobacilos L. vaginalis, L. acidophilus, etc.
- Y, algunos de ellos, procedentes del intestino como L. rhamnosus, L. casei y L. plantarum.
Por otro lado, algunas bacterias de los grupos Clostridioides-Eubacterium y Bacteroides-Prevotella, que dominan el hábitat intestinal, aparecen esporádicamente en la vagina. Este hecho sugiere que en esta mucosa son microorganismos ocasionales más que colonizadores.
La producción de ácido es el principal mecanismo de protección de la mucosa vaginal. Esto hace que el pH de la misma sea de 4 – 4,5 y da lugar a unas condiciones que resultan perjudiciales para la mayoría de los patógenos.
Aspectos a tener en cuenta en la infección vaginal
Vaginosis
A esta infección vaginal se la podría definir como una alteración del ecosistema vaginal por la que la concentración de lactobacilos disminuye, a la vez que aumenta la de otras bacterias que también son autóctonas de la vagina, aunque en las personas sanas son relativamente escasas. Las más comunes son Gardnerella vaginalis, Bacteroides / Prevotella y Mobiluncus.
En la vaginosis puede existir exudado blanquecino y homogéneo, presencia de células de la mucosa vaginal, pH superior a 4,5 y/o olor fuerte .
Vaginitis
Esta infección vaginal se define como la inflamación de la mucosa vaginal que suele venir acompañada de los signos descritos para la vaginosis. Es sintomática, produciendo picor vaginal, dolor durante el coito e incomodidad al orinar.
El mayor problema asociado es que los microorganismos responsables pueden ascender por el aparato genital y producir problemas serios como la enfermedad inflamatoria pélvica. Los agentes causales pueden ser bacterias, protozoos y diversas especies de Candida, como C. albicans, C. glabrata y C. tropicalis.
Uso de los probióticos en la infección vaginal
Se planteó hace ya unos años la utilización de probióticos para prevenir o incluso tratar la disbiosis producida por la desaparición de los lactobacilos en la vagina.
Dado que el recto actúa como un reservorio para los lactobacilos vaginales, sugiere que la utilización por vía oral de cepas probióticas es una ruta de administración efectiva.
Basándose en este principio, existen datos que señalan que la toma continuada de dosis adecuadas de algunas cepas probióticas, se sigue de un mayor aislamiento en la vagina de estos microorganismos a partir de una semana de tratamiento.
Cepas probióticas
En estudios realizados con algunas cepas probióticas como L. acidophilus GLA-14 y L. rhamnosus HN0 en mujeres con alteraciones de la microbiota vaginal, los resultados mostraron que la ingesta oral de mezcla de lactobacilos condujo a una colonización vaginal significativa por L. acidophilus GLA-14 y L. rhamnosus HN001.
Esto demuestra que ambas cepas pueden colonizar la vagina después de la ingestión oral. El efecto de dicha colonización se correlaciona con la restauración de la puntuación de Nugent normal (valores de 0 a 3- sistema de puntos basado en la suma ponderada de los diferentes morfotipos bacterianos) y una mejora de los síntomas de la microbiota vaginal anormal, incluidos el prurito y la secreción.
El consumo oral del complejo de lactobacilos corrobora la eficacia del uso de lactobacilos para apoyar la salud vaginal. Además, existen estudios semejantes en mujeres asintomáticas que revelan que las mujeres que habían tomado probióticos presentaban un incremento significativo del grado de colonización por lactobacilos y se acompañaba de la reducción de la colonización por patógenos.
Se considera que los probióticos tienen un efecto coadyuvante en el tratamiento de la vaginosis y de la vaginitis infecciosa. Se han de utilizar tras el tratamiento antibiótico de la infección, con el objetivo de que se produzca una recolonización de la mucosa y un descenso del pH vaginal antes de que el patógeno pueda volver a dañar.
Los probióticos se consideran útiles en la prevención de las recidivas y reinfecciones de las infecciones vaginales y urinarias.
Información sobre comentarios