Astenia otoñal: causa de la bajada de energía

La astenia otoñal no es grave y no debe considerarse una enfermedad sino un estado de ánimo pasajero, aunque hay personas cuya calidad de vida se ve afectada.

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¿Qué es la astenia?

La astenia es un síntoma impreciso, totalmente inespecífico, que con frecuencia es secundaria a circunstancias o condiciones de vida duras. Si tenemos en cuenta la definición, la astenia sería una sensación, subjetiva y desagradable, de incapacidad que no mejora con el reposo.

En cambio, la fatiga es un fenómeno fisiológico secundario a una actividad física o psíquica de intensidad inusual que mejora con el reposo.

La fatiga es posterior al esfuerzo, la astenia le precede, por tanto, la astenia es una fatiga anormal que no mejora con el reposo.

La astenia se presenta como una sensación subjetiva de incapacidad para realizar actividades cotidianas físicas, cognitivas o sensoriales, descrita a veces por términos como “siento flojedad”, “no tengo fuerza” “estoy cansado, pero no sé por qué”, etc.

¿Qué es la astenia otoñal?

La astenia otoñal es esa sensación de cansancio, tristeza, debilidad, desgana, irritabilidad, apatía que surge a causa del cambio de estación. Se produce como consecuencia del efecto que tiene sobre nuestros ritmos circadianos la reducción de los niveles de luz solar en otoño e invierno, que pueden alterar el reloj interno del cuerpo y provocar cambios en nuestro estado de ánimo.

Estos cambios anímicos son debidos a desequilibrios hormonales como la serotonina, aunque existen otras hormonas implicadas como la noradrenalina, la hormonas tiroideas, la melatonina y el cortisol.

Hay relación entre serotonina y el estado de ánimo. La serotonina que se conoce como hormona del bienestar, necesita para su síntesis de un aminoácido, el triptófano, que se adquiere a través de los alimentos. Posteriormente la serotonina al comenzar el atardecer y durante la noche se transforma en melatonina, la hormona que favorece el sueño.

En otoño, debido al cambio horario el organismo produce menos serotonina y más melatonina provocando falta de vigor, cambios en el estado de ánimo y otros trastornos.

También hay que tener en cuenta que a la astenia a veces se incorpora el denominado síndrome postvacacional lo que puede incrementar la sensación de fatiga. La astenia otoñal no es grave y no debe considerarse una enfermedad sino un estado de ánimo pasajero, aunque hay personas cuya calidad de vida se ve afectada.

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Causas de astenia

Podemos identificar una amplia lista de causas de astenia: de tipo orgánico, psíquico e incluso algunas veces no se encuentra una causa específica. Entre ellas destacamos:

  • Tiempo de sueño insuficiente (insomnio primario)
  • Sedentarismo
  • Sobrepeso
  • Envejecimiento
  • Embarazo y lactancia
  • Estacionalidad (astenia otoñal)
  • Origen psicológico o reactivo: estrés
  • Trastornos psíquicos: ansiedad o depresión
  • Causas tóxicas y fármacos. Como abuso de benzodiazepinas o de psicótropos de acción sedante, antihistamínicos, antihipertensivos centrales, betabloqueantes, antagonistas del calcio, diuréticos, hipoglucemiantes, etc.
  • Desconocidas. Síndrome de fatiga crónica, fibromialgia, síndrome químico múltiple…
  • Causas orgánicas. Enfermedades infecciosas, cardiovasculares, endocrinas, pulmonares, reumáticas, neurológicas y musculares, neoplásicas, etc.
  • Otras
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Síntomas de la astenia otoñal

En la mayoría de los casos de astenia existen síntomas pasajeros que desaparecen a los pocos días, normalmente la duración es de 2 semanas pudiendo llegar al mes. En otros casos se puede complicar y derivar en lo que se conoce como trastorno afectivo estacional (TAE) que se caracteriza por la presencia de episodios depresivos mayores recurrentes en una época determinada del año con remisión total posterior cuando es superada dicha estación, normalmente en otoño e invierno.

En su fisiopatología están implicados diferentes mecanismos tales como: la alteración del ritmo circadiano, la sensibilidad retiniana a la luz, el metabolismo anormal de la melatonina y la disminución de la secreción de neurotransmisores, sobre todo de la serotonina.

El tratamiento se basa en la fototerapia o farmacoterapia, optando por uno u otro según las características clínicas del paciente. Además, es más frecuente en mujeres y más frecuente en jóvenes.

Cuando la astenia o fatiga dura más de seis meses de forma continuada o intermitente se habla de astenia crónica que origina una reducción notable de la actividad habitual del paciente. Si esta situación tiene una causa conocida o relacionable se denominará fatiga crónica secundaria, en caso contrario, fatiga crónica idiopática.

Para la definición del síndrome de fatiga crónica (SFC) se requiere el cumplimiento de unos criterios específicos. Estos incluyen la presencia de fatiga persistente o intermitente, inexplicada e invalidante, que no es producto de un esfuerzo excesivo y no mejora con el descanso. Además, el paciente debe presentar de forma crónica y concurrente cuatro o más síntomas de los relacionados como criterios asociados en la definición establecida para esta enfermedad.

Los pacientes que presentan fatiga crónica no explicada pero que no reúnen los criterios de SFC entrarían en la situación de fatiga crónica idiopática.

Síntomas más claros de astenia otoñal

Destacamos los siguientes:

  • Agotamiento (cansancio), aunque no hayas hecho ningún esfuerzo y que no mejora con el descanso.
  • Somnolencia.
  • Bajo estado de ánimo. Tristeza, apatía, etc.
  • Dificultad para concentrarse
  • Alteraciones del apetito
  • Alteraciones de la memoria
  • Disminución de la libido.
  • Síntomas físicos: dolor de cabeza, dolores musculares, dolor de garganta, etc.

Las personas que padecen astenia otoñal presentan una mayor predisposición a contraer infecciones y en raras ocasiones pueden tener fiebre.

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Recomendaciones para evitar la astenia otoñal

El desorden biológico que se produce durante el otoño en algunas personas suele desaparecer al poco tiempo, una vez que el organismo se vuelve a regular. Existen una serie de recomendaciones que pueden ser útiles para mejorar la astenia que sucede durante la época otoñal, entre las que destacan:

  • Mantener unos horarios fijos para dormir bien. La fatiga se debe en parte al desajuste horario e influye en el reloj interno. Para que vuelva a la normalidad se debe dormir entre 7 o 8 horas y mantener unos horarios estables. Evitar las pantallas y la luz, es mejor dormir con la oscuridad.
  • Exposición al sol. La reducción de horas de sol es el principal culpable de la astenia otoñal y de la alteración del estado de ánimo. La fototerapia es una buena opción para combatir la tristeza.
  • Realizar actividad física diaria. El ejercicio genera endorfinas que ayudan a vencer la apatía. La práctica de ejercicio aumenta el tono muscular y la resistencia al cansancio. Media hora de ejercicio diario será suficiente.
  • Mantener una alimentación variada y equilibrada. Tomar alimentos ricos en nutrientes esenciales como las vitaminas del grupo B que favorecen la formación de energía y mejoran la fatiga y el cansancio. La vitamina B6 es necesaria junto con el triptófano y el magnesio para la síntesis de serotonina. Su carencia puede causar astenia y nerviosismo. Una fuente extra de triptófano ayuda en estas situaciones de “bajón”. Se trata de un aminoácido esencial clave para la síntesis de serotonina, que posteriormente se convertirá en melatonina. Este aminoácido se encuentra en muchos alimentos, pero se pueden encontrar también en los suplementos que son muy útiles. También se ha observado que algunos probióticos pueden restablecer la función de barrera intestinal y mejorar el eje intestino-cerebro, importante en la función cognitiva y emocional. Actualmente se encuentran comercializados junto con vitaminas, triptófano y otras sustancias.
  • Técnicas de relajación. Positivar la situación. Disfrutar de actividades placenteras y mantener relaciones sociales.

Antes de tomar cualquier suplemento o estabilizadores de ánimo es importante consultar con un profesional para que valore la situación de forma individualizada.

Referencias

  • Fernández, A. A., Martín, Á. P., & Martínez, M. I. (2009). Síndrome de fatiga crónica. Documento de consenso. Atencion Primaria, 41(10), 529.
  • Gatón Moreno, M. A., González Torres, M. Á., & Gaviria, M. (2015). Trastornos afectivos estacionales,» winter blues». Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría, 35(126), 367-380.
  • Fresno, D., Valle, J., Pedrejón, C., Arrauxo, A., Benabarre, A., & Vieta, E. Puntos clave.
  • Grasland, A., & Mahé, I. (2015). Astenia. EMC-Tratado de Medicina, 19(1), 1-8.
  • Álvarez Villalba, M. D. M. (2015). Astenia crónica en atención primaria: Etiología, epidemiología y factores predictores.
Dr. Julián Antonio Carvajal Gómez
Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad Complutense de Madrid, desde el año 2013 hasta la actualidad trabajo como Medical Science Liaison (MSL) en el departamento médico de Heel España.
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