Son numerosas las propiedades de la vitamina D. Además, interviene en muchas funciones, por lo que es imprescindible mantener unos niveles adecuados.
La vitamina D es una hormona esteroide liposoluble que ejerce numerosas funciones en el organismo. La alta prevalencia de niveles inadecuados de vitamina D se considera hoy en día un problema de salud pública que afecta a numerosos países. Actualmente sabemos que no es una vitamina, es un sistema endocrino u hormonal semejante al de otras hormonas esteroideas.
¿Cómo se sintetiza?
La vitamina D es una vitamina liposoluble que se puede encontrar en las personas en forma de colecalciferol o vitamina D3, sintetizada a partir del 7‐dehidrocolesterol de la piel por acción de la radiación solar ultravioleta B (UVB). Esta vía representa alrededor del 80‐90% del aporte al organismo, el resto se obtiene de la alimentación (10‐20%).
Existe otra isoforma, de aporte nutricional, llamada ergocalciferol o vitamina D2 que se encuentra en pequeñas cantidades en alimentos de origen vegetal, levaduras y hongos. El colecalciferol (también el ergocalciferol) son precursores biológicamente inactivos, que requieren de modificaciones metabólicas para ser activas.
Mediante la acción de la enzima hepática 25- hidroxilasa se produce la hidroxilación de colecalciferol para formar la 25‐hidroxivitamina D3 (caldidiol o calcifediol). La 25‐hidroxivitamina D3 tiene una vida media de 2 a 3 semanas, es la prohormona y su medida se emplea como marcador del estado corporal de vitamina D del organismo.
Posteriormente, por acción de la 1‐ α‐hidroxilasa en el riñón, la 25‐hidroxivitamina D3 se convierte en 1,25 dihidroxicolecalciferol o calcitriol, convirtiéndose en la forma más activa de la vitamina D. Esta hormona actúa no solo en el propio riñón, sino en las células de otros órganos, como piel, glándula paratiroides, mama, colon, próstata, pulmón, así como en células del sistema inmunológico y hueso.
Las propiedades de la vitamina D
Entre todas las propiedades de la vitamina D y sus funciones destacan:
- Contribuye a la absorción y utilización normal del calcio y el fósforo, y al mantenimiento de concentraciones normales de calcio en la sangre. En intestino aumenta la absorción de calcio y fósforo. A nivel renal aumenta la reabsorción de calcio y fósforo e inhibe la secreción de paratorhormona.
- Permite asegurar la mineralización de los huesos, los cartílagos y los dientes durante y después del crecimiento; es necesaria para el crecimiento normal y el desarrollo óseo de los niños. Regula la diferenciación de osteoblastos y osteoclastos, así como la síntesis de proteínas como la osteocalcina y osteopontina necesarias para la mineralización del hueso. La acción conjunta del calcio con la vitamina D reduce la pérdida mineral ósea lo que contribuye a disminuir el riesgo de caídas y fracturas debidas a osteoporosis.
- Contribuye al buen funcionamiento del sistema nervioso.
- Ayuda a mantener una función muscular normal.
- Tiene actividad inmunorreguladora, por lo que contribuye al buen funcionamiento de las defensas del organismo. Las células inmunes (linfocitos y macrófagos) presentan receptores para la vitamina D.
- Otras propiedades de la vitamina D. Regulación de la expresión genética de otros órganos y sistemas (cardiovascular, páncreas, músculo, hormonas, etc.)
Actualmente sabemos que la deficiencia funcional de la vitamina D se asocia no solo con raquitismo, osteomalacia y osteoporosis, sino también con un mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, inmunológicas, dermatológicas, metabólicas, depresión, infecciones, infertilidad tanto masculina como femenina, preeclampsia y otros efectos.
Fuentes de vitamina D
Las dos principales fuentes de vitamina D se obtienen por exposición al sol y por los alimentos.
Exposición al sol
El organismo produce vitamina D cuando la piel se expone al sol a través de la radiación UVB.
Pero muchas personas no salen al aire libre lo suficiente para obtener toda la vitamina D que necesitan de esta manera. Otros factores, como la ropa y el protector solar, pueden bloquear la cantidad de vitamina D que produce la piel cuando se expone al sol.
La cantidad de melanina que uno tiene también influye. Cuanta más melanina tenga una persona en su piel, menos vitamina D podrá producir a partir de la luz solar, pudiendo tener una deficiencia de vitamina D. Los lactantes y las personas mayores son menos eficientes para convertir los rayos UVB en vitamina D.
Alimentos en los que se encuentra la vitamina D
El pescado y los mariscos son ricos en vitamina D nos referimos a el salmón, el atún, el bacalao, la caballa, las sardinas, el camarón, las almejas o las vieiras. Además, los huevos y la carne de vaca son excelentes fuentes de vitamina D. También se pueden utilizar alimentos enriquecidos con vitamina D como la leche y sus derivados.
En algunas ocasiones cuando los niveles de vitamina D son bajos se utilizan los suplementos de vitamina D. Estos suplementos vienen en una amplia gama de opciones, que incluyen polvos, pastillas, gotas, cápsulas blandas, caramelos de goma, etc.
Valores normales de vitamina D
La medición de la concentración total de 25‐hidroxivitamina D circulante constituye un biomarcador robusto y fiable del estado nutricional de la vitamina D.
A pesar de la alta prevalencia de la deficiencia de vitamina D, incluso en países desarrollados, con alta radiación solar o con facilidad para acceder a la suplementación, como sucede en España, no existe un consenso en el establecimiento de unas recomendaciones en la prevención y tratamiento de la misma.
Existe cierta controversia sobre los niveles de 25‐hidroxivitamina D necesarios para una óptima salud músculo‐ esquelética. En general los niveles mínimos establecidos en diferentes guías de práctica clínica se sitúan entre 25 y 30 ng/mL.
Así, en la población general las concentraciones séricas de 25‐hidroxivitamina D se deben mantener entre 25 y 50 ng/mL (por debajo de 25 ng/mL se considera insuficiencia de vitamina D), y en pacientes con osteoporosis y otras poblaciones de riesgo de déficit de vitamina D se sugiere mantener las concentraciones séricas de 25‐hidroxivitamina D entre 30 y 50 ng/mL (en este caso, cifras por debajo de 30 ng/mL se considera insuficiencia de vitamina D).
En ambos casos las concentraciones por debajo de 10 ng/mL se consideran niveles de deficiencia severa de vitamina D.
Recomendaciones diarias de vitamina D
No existe un consenso sobre las recomendaciones diarias de vitamina D. Se sugiere una ingesta diaria (dieta y/o suplementos) de, al menos, 600 UI de vitamina D3 en niños y adolescentes, y de al menos 800 UI de vitamina D3 en población general adulta, y de 800‐1.000 UI en mujeres postmenopáusicas, varones mayores de 50 años, pacientes con osteoporosis y ancianos.
También se puede suplementar con pautas de menor frecuencia, bien semanal o mensual que corresponden, por ejemplo, a 25.000 UI de vitamina D (colecalciferol) 25.000 UI/mes (800-1000UI /día).
En pacientes con osteoporosis o población de riesgo de déficit de vitamina D, se recomienda la administración de 25.000‐30.000 UI de colecalciferol/15 días (50.000‐ 60.000 UI/mes).
Un caso especial son los obesos que pueden requerir dosis 2‐3 veces superiores a las habituales (3.000‐6.000 UI/día de colecalciferol).
Suplementos de vitamina D
Existen en le mercado numerosos suplementos de vitamina D con dosis muy variables desde 800 UI, a 4000 UI para uso diario o incluso 16000 UI por dosis para utilización quincenal o mensual, según los requerimientos.
Referencias
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