Los trastornos del sueño son muy frecuentes entre la población española y constituyen una consulta frecuente en atención primaria. En el manejo de estos pacientes hay que tener en cuenta tanto las intervenciones no farmacológicas como las farmacológicas.
Entre las medidas no farmacológicas, destaca el aconsejar al paciente adecuados hábitos higiénicos de sueño. Si fuera necesario se puede recurrir a sedantes e hipnóticos, siendo también oportuno y necesario conocer las propiedades de la melatonina, ya que en muchos casos será de gran utilidad.
Todas estas medidas forman parte de un extenso abanico de herramientas terapéuticas que el médico tiene a su disposición para poder actuar de la manera más adecuada en cada caso.
Existe cada vez mayor evidencia científica sobre el uso de la melatonina como cronobiológico e inductor del sueño.
Si se utiliza el término «melatonin» como palabra clave en una búsqueda en pubmed, aparecen más de 24.000 artículos. Esto da idea del interés que tienen los médicos y los investigadores sobre el papel que esta hormona adquiere en la regulación del sueño.
Definición de melatonina
La melatonina es una hormona de naturaleza proteica que está presente en casi todos los seres vivos con muy pocas variaciones en su estructura química. En los vertebrados se sintetiza en la glándula pineal a partir del triptófano, durante las fases de oscuridad. Es por ello que los animales utilizan esta señal, la secreción de melatonina, como un reloj y como un calendario: la sucesión de los ciclos de sueño/vigilia acaba conformando el paso de los días, semanas, meses…
Cómo se sintetiza la melatonina según la edad
Ya hemos dicho que la glándula pineal es el órgano primordial de síntesis de esta proteína. Sin embargo, aunque en menor medida, también se sintetiza en otros órganos como la retina, el tracto gastrointestinal, la piel, la médula ósea o los linfocitos.
La síntesis de la melatonina comienza en la vida intrauterina, en concreto, en la semana 26 de gestación. Desde este momento y durante toda la vida se va a fabricar, aunque con variaciones a lo largo de las distintas edades:
- A los 3 años de edad es cuando alcanza su pico máximo. Esta elevada concentración de melatonina condiciona que los niños necesiten muchas más horas de sueño que los adultos o los ancianos.
- El desarrollo puberal se relaciona con un descenso en la fabricación de melatonina. A partir de esta etapa, el niño se convierte en adolescente y disminuyen sus horas de sueño paulatinamente.
- Los mayores de 70 años tienen valores de melatonina que no llegan ni al 10% de las cifras prepubertales. Esta es una de las razones por las que la necesidad de sueño de los ancianos disminuye de forma muy marcada.
Propiedades de la melatonina y beneficios
Las funciones biológicas de la melatonina son múltiples: algunas de ellas bien conocidas y otras actualmente en estudio.
No hay duda que una de las principales propiedades de la melatonina es que actúa como una sustancia cronobiológica, regulando los ritmos circadianos. Tiene un efecto hipnótico, disminuyendo la latencia del inicio del sueño y aumentando significativamente la latencia de la fase REM del sueño. Se podría decir que hace que el paciente se duerma antes y que, además, su sueño sea de mayor calidad, más reparador.
- Su acción tiene que ver con la modulación de la actividad de determinados neurotransmisores cerebrales. En concreto, produce un aumento del GABA por lo que consigue reducir la actividad cerebral. Por tanto, permite que se inicie la fase del sueño.
- También se ha comprobado un efecto de la melatonina sobre la temperatura corporal. Sus efectos vasodilatadores inducen a una pérdida de calor que condiciona una ligera disminución de la temperatura central. Esto es una señal que estimula el inicio del sueño.
- Existe diferente literatura sobre otros efectos de la melatonina relacionados con el sistema reproductor, el envejecimiento, el sistema inmunitario y sus efectos antioxidantes. Sin embargo, su uso terapéutico en estos ámbitos es controvertido y está en revisión.
Melatonina: acciones fisiológicas
Basándose en sus acciones fisiológicas, se ha empleado la melatonina en diferentes grupos de pacientes con alteraciones del sueño.
Principalmente su uso se ha relacionado con el insomnio funcional en pacientes mayores y en mujeres postmenopáusicas. Sin embargo, cada vez se está empleando más por parte de los pediatras para conseguir una regularización del sueño en los niños. Por ejemplo tras períodos de vacaciones o de cambios de horario o de hábitos. Todo ello acompañado de unos hábitos higiénicos correctos del sueño. También se ha utilizado la melatonina en niños con hiperactividad que presentan alteraciones del sueño. Pero, en este caso, las dosis requeridas son mayores que en el caso de trastornos funcionales del sueño.
Entre las propiedades de la melatonina, cuando se administra de forma exógena en los trastornos funcionales del sueño (tanto en niños como en adultos; tanto en situaciones puntuales o más cronificadas), destaca que actúa positivamente sobre la conciliación del sueño, disminuyendo la latencia de éste sin variar su estructura. Es decir, respeta la fase de sueño profundo.
Cómo tomarla y perfil de seguridad
Además de conocer cómo funciona la melatonina, se ha comprobado su alto nivel de seguridad. Carece prácticamente de efectos secundarios, incluso cuando se administra en plazos prolongados y a dosis altas.
No produce somnolencia residual, por lo que puede ser empleada en pacientes que tengan una vida activa.
En cuanto a la dosificación no resulta complicada siempre que nos refiramos al caso de trastornos funcionales del sueño. En este caso no se requiere un ajuste estricto de la dosis en base a la edad o a otras circunstancias que puedan ocurrir en el paciente. Existen estudios de eficacia en dosis bajas, desde 0.3 a 1 mg ¹, ². En la actualidad, se utiliza muy habitualmente la dosis de 1 mg diario. Se ha comprobado que no existe un aumento importante del beneficio según se aumentan las dosis de melatonina. Parece ser que a la hora de conseguir el efecto deseado es más importante el momento de administración (aproximadamente 1 hora antes de ir a dormir) que la dosis en sí.
Las dosis altas de melatonina (del orden de 10 o más mg diarios) pueden producir algunas molestias como cefalea, artralgias o nasofaringitis.
Destacamos que la melatonina, por su efecto inductor del sueño, puede aumentar el efecto de las benzodiacepinas y otros sedantes. En consecuencia, la administración conjunta debe ser evaluada por el médico con el fin de ajustar las dosis de todo el tratamiento.
Propiedades de la melatonia como inductor al sueño
Entre las principales propiedades de la melatonina destaca la de la inducción al sueño. Se está utilizando tanto en niños como en adultos, con una dosificación unificada de 1 mg diaro. Hay que tomarla entre media hora y una hora antes de ir a dormir. De este modo conseguiremos la disminución de latencia del sueño.
El uso de melatonina puede contribuir a reducir el uso de hipnóticos y sedantes en pacientes con trastornos funcionales del sueño. Esto puede ser una ventaja para pacientes polimedicados o con mala tolerancia a hipnóticos y sedantes.
Más información en www.sleepeel.es
Referencias
1. Zhdanova, I.V., Wurtman, R.J., Morabito, C., Piotrovska, V.R., & Lynch, H.
J. (1996). Effects of low oral doses of melatonin, given 2-4 hours before habitual bedtime, on sleep in normal young humans. SLEEP-NEW YORK-, 19, 423-431.
2. Attenburrow ME1, Cowen PJ, Sharpley AL. 1University Department of Psychiatry, Littlemore Hospital, Oxford, UK. Low dose melatonin improves sleepp in healthy middle-aged subjects.
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