La regulación del balance hídrico se hace en función de las ganancias y de las pérdidas de agua. Las ganancias ocurren fundamentalmente a partir de bebidas y alimentos y las pérdidas se producen por el aire espirado, por la evaporación en la piel y por las excreciones urinaria y fecal. Un balance negativo, es decir, cuando las pérdidas son superiores a las ganancias, conlleva un riesgo de deshidratación.
Balance hídrico
Bebemos, sudamos, orinamos, respiramos… y en todas esas acciones estamos interviniendo en el balance hídrico. Cualquier alteración de la homeostasis de los líquidos supone un importante peligro para la salud y es que, el cuerpo humano, como el de todos los seres vivos, está compuesto en gran parte por agua.
En concreto, entre un 60 y un 80% (dependiendo de la edad) de nuestro peso, corresponde a líquido.
El agua, se distribuye por todo el organismo separada en dos compartimentos principales: el compartimento intracelular, que supone aproximadamente las dos terceras partes de todo el líquido, y el compartimento extracelular, que a su vez se divide en líquido vascular, líquido intersticial y líquido transcelular, que se refiere al líquido cefalorraquídeo, líquido intraocular, pleural, pericárdico, peritoneal y sinovial.
Líquido transcelular
El líquido transcelular es bastante estable y tiene poco intercambio con los otros compartimentos, pero los líquidos intracelular, intersticial y vascular están en constante comunicación e intercambio, de manera que el paso de líquido de un espacio a otro es lo que garantiza la conservación de las presiones en los distintos compartimentos y por tanto la homeostasis.
Soluciones de agua y electrolitos
Hasta el momento, hemos hecho referencia únicamente al líquido, pero realmente, no estamos hablando de agua, sino de distintas soluciones de agua y electrolito cuya composición varía de un territorio a otro.
Así, en el líquido intracelular el principal catión es el potasio (K+), mientras que las cargas negativas están representadas principalmente por las fracciones proteicas. Sin embargo, en el líquido extracelular, el principal catión es el sodio (Na+), mientras que el anión predominante es el cloro (Cl-). El plasma tiene un alto contenido en proteínas que condiciona una presión oncótica superior a la de otros compartimentos.
En condiciones normales deben mantenerse dentro de unos márgenes, tanto la presión osmótica de los diferentes líquidos, como la cantidad proporcional de cada uno, como el balance de cargas positivas y negativas que vienen dadas por la presencia de los aniones y los cationes.
Los solutos no pueden difundir libremente a través de las membranas biológicas, pero el agua sí puede hacerlo, por lo que constantemente ocurre el paso de líquido de un compartimento a otro para igualar presiones y cargas eléctricas.
Riñón: equilibrio hidroelectrolítico
El riñón es el órgano fundamental en el equilibrio hidroelectrolítico. Es capaz de eliminar líquidos o electrolitos según las necesidades. Si se necesita reducir las pérdidas, se pone en funcionamiento el eje renina-angiotensina-aldosterona.
La aldosterona induce la retención de sodio por parte del riñón. Cuando la concentración de sodio en plasma es superior a lo normal, aumenta la producción de hormona antidiurética o vasopresina (ADH), que da la señal al riñón para que disminuya la excreción de agua y produzca una orina más concentrada.
Un balance hídrico negativo puede ocurrir por disminución de la ingesta o por aumento de las pérdidas, como ocurre en trastornos gastrointestinales, quemaduras extensas, hemorragia, poliuria o sudoración entre otros.
Tonicidad
Es el momento de introducir el término “tonicidad”. Hace referencia al efecto que una disolución tendría en el volumen de una célula sumergida en ella. De esta manera se dice que una solución es isotónica si no produce ningún efecto, hipotónica si produce la entrada de agua y por tanto el aumento del volumen de la célula e hipertónica cuando ocurre lo contrario.
Qué es la deshidratación por disminución de ingesta
La deshidratación causada por una disminución de la ingesta supone únicamente pérdida de agua sin pérdida de sodio, por eso es una deshidratación hipertónica (queda en plasma el mismo sodio para menos agua). Para equilibrar los compartimentos, saldrá agua del espacio intracelular al extracelular, por lo que se trata de una deshidratación celular.
Qué es la deshidratación por aumento de ingesta
Por el contrario, la deshidratación que se produce por aumento de las pérdidas como la que ocurre durante una sudoración excesiva, conlleva la pérdida de agua pero en mayor medida de sodio, por lo que es una deshidratación hipotónica extracelular.
Para compensar el desequilibrio, entrará agua del compartimento extracelular al intracelular, incrementando aún más la deshidratación extracelular y pudiendo producir edema celular. De hecho, en los casos de deshidratación grave por pérdidas, se puede producir la muerte por edema cerebral.
Sudoración
Pero la sudoración es necesaria e inevitable. Forma parte del sistema termorregulador y es por tanto fundamental para mantener la temperatura corporal. En condiciones normales, si la temperatura ambiente no supera los 32ºC, el calor se disipa por convección y radiación. Cuando la temperatura externa es superior a esa cifra se precisa utilizar el mecanismo de la sudoración.
Para que la temperatura corporal se mantenga en 36.8+ 0.5ºC, se requiere que la temperatura de la piel no exceda los 35, si esto ocurre, se comienza a sudar. Con el sudor se pierde agua que al evaporarse en la superficie de la piel consigue refrescarla, pero también se pierde cloro y sobre todo sodio. Si la pérdida de agua es superior al 2% de la masa corporal, se entra en riesgo de deshidratación.
La deshidratación por sudoración
Como ya se ha comentado, la deshidratación causada por sudoración es de tipo hipotónica y extracelular, por lo que, en casos graves, se produce una entrada de líquido a las células con el consiguiente edema celular. Si la reposición del líquido perdido se hace solo con agua, esto empeora aún más la situación, pues aún se diluye más el sodio y se incrementa la hiponatremia.
La reposición de líquido en los casos de pérdidas como en la sudoración o en la diarrea o vómitos profusos, debe hacerse siempre con sales de rehidratación oral, que consiguen incorporar no solo el agua perdida, sino también los electrolitos que la acompañaron.
La deshidratación por sudoración excesiva es especialmente peligrosa cuando existen altas temperaturas ambientales. Por eso, una vez más, hay que recordar que no debe realizarse ejercicio con altas temperaturas, pues aumenta mucho el riesgo de deshidratación, de golpe de calor e incluso de muerte.
Referencias
ttps://cieah.ulpgc.es/es/hidratacion-humana/deshidratacion
https://medlineplus.gov/spanish/dehydration.html
https://elearning.up.pt/ppayo/PATO10-11/PROGRAMA/FLUIDOTERAPIA%20JUAN/Hidroelectrolitico.pdf
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