Si vamos a hablar de metabolismo y de temperatura corporal, lo primero es entender un poco más sobre estos dos conceptos.
¿Qué es el metabolismo?
El metabolismo es la totalidad de las reacciones químicas que ocurren en el organismo. Sí, efectivamente, somos un inmenso laboratorio químico, funcionando las 24 horas del día.
Dentro de las reacciones químicas de nuestro laboratorio, podemos distinguir básicamente dos tipos:
- Aquellas que consiguen sintetizar sustancias complejas a partir de otras más sencillas, para lo que necesitan consumir energía.
- Y aquellas que hacen lo contrario. Es decir, degradan moléculas complejas a otras más simples liberando energía en forma de ATP durante el proceso.
El conjunto de las primeras se denomina anabolismo y a la totalidad de las segundas lo llamamos catabolismo.
El anabolismo y el catabolismo deben estar equilibrados para que no se produzca ni una falta de la energía necesaria para el metabolismo celular, ni un exceso de esta que conlleve un aumento de su almacenamiento en forma de grasas, especialmente triglicéridos como veremos más adelante.
Pero dejemos de momento a un lado el metabolismo. Hablamos ahora de temperatura corporal. Los seres humanos somos animales homeotermos endotermos. Es decir, mantenemos más o menos estable nuestra temperatura interna independientemente de los cambios que pueda haber en el exterior. Y que, además, nuestra fuente de calor es interna, a partir de las reacciones catabólicas.
¿Qué es la temperatura corporal?
La temperatura corporal normal es de 35.8 a 37.2 ºC, habiendo algunas variaciones:
- A lo largo del día. Por la tarde la temperatura es más elevada que por la mañana
- Por razones hormonales. En la mujer hay un aumento en la segunda parte del ciclo menstrual respecto a la primera. También durante el embarazo la temperatura puede ser algo más alta
Los cambios en la temperatura exterior o en las condiciones internas, inducen una activación de los mecanismos compensadores de regulación de la temperatura como son la sudoración, la vasodilatación, la sed o la hiperventilación en el caso de aumento de temperatura o la vasoconstricción en el caso contrario.
Relación entre temperatura corporal y metabolismo: tasa metabólica
La tasa metabólica mide la conversión de la energía química en calor. Además, nos permite conocer los requerimientos energéticos en referencia al metabolismo. Esta tasa metabólica basal, es decir, en condiciones de mínimo estrés ambiental y fisiológico, es la energía que se necesita simplemente para mantener vivas a las células. La tasa metabólica activa es la que describe las necesidades en actividad y suele ser unas 15 veces más alta que la basal.
La relación entre temperatura corporal y metabolismo es muy estrecha, de manera que las reacciones químicas necesitan una temperatura determinada para darse en las condiciones óptimas. De manera general, podemos decir que las reacciones metabólicas se ralentizan a temperaturas bajas y se aceleran en condiciones de altas temperaturas.
Dicho de otro modo:
- El metabolismo es más rápido cuando la temperatura es mayor. Por ejemplo, cuando tenemos fiebre. Efectivamente, la fiebre es una manera que tiene nuestro cuerpo de aumentar el metabolismo y, por tanto, las reacciones “de lucha” frente a microorganismos patógenos.
- O, también, cuando la temperatura externa es más alta. Sí, en verano, necesitamos menos energía y menos ingesta calórica, mientras que en invierno ocurre lo contrario, porque parte de la energía de nuestro cuerpo la utilizamos en conservar la temperatura corporal por encima de la externa, lo que supone un gasto extra y por tanto un aumento de las necesidades de ingesta calórica. Un dato curioso: en España, en las zonas en las que la temperatura media es más alta, la tasa de obesidad es mayor que en las zonas con temperaturas más frías. Las personas que viven en ciudades frías gastan energía en calentarse, por lo que almacenan menos grasa. Por su parte, los que viven en zonas cálidas, no necesitan gastar tanto en calentarse y se favorece el almacenamiento en el tejido adiposo.
Tejido adiposo
Y acabamos de introducir otro término que no podemos dejar de mencionar cuando hablamos de metabolismo energético: el tejido adiposo.
El tejido adiposo es un tejido conectivo especializado que está formado por adipocitos. Los adipocitos son células especializadas en la síntesis y el almacenamiento de grasa, especialmente en forma de triglicéridos.
El tejido adiposo está repartido por toda la anatomía. Tiene como funciones principales el intervenir en el metabolismo energético, protección frente a golpes y expresión de los caracteres sexuales secundarios. Pero tiene además otras importantes funciones relacionadas con la síntesis de adipoquinas. Es por ello que se le considera un tejido con funciones endocrinas e inmunológicas.
En el tejido adiposo se pueden distinguir tres tipos de adipocitos: los blancos, los marrones y los beige. La grasa blanca es la más abundante y es la que presenta principalmente las funciones antes mencionadas. La grasa marrón o parda es característica de los animales que hibernan pero también se encuentra en los humanos: es abundante en el recién nacido pero mucho más escasa en el adulto y su principal función es la termorregulación, por lo que está más presente en personas que viven en ambientes fríos.
Los adipocitos beige parece que son el resultado de la diferenciación de los adipocitos blancos y aparecen con la exposición al frío. Su función es usar como sustratos glucosa y ácidos grasos libres y convertir estas moléculas en calor, incrementando la tasa metabólica y logrando la reducción tanto del porcentaje de grasa corporal como de la glucemia.
Conclusiones
Resumiendo. Podemos decir que es fundamental para el metabolismo conservar una temperatura interna dentro de unos márgenes fisiológicos. Tanto es así que, como ya sabemos, se puede morir tanto de hipotermia como de hipertermia.
Somos un enorme laboratorio químico en el que cada reacción tiene su temperatura ideal. Y, en consecuencia, los cambios respecto a esto pueden producir tanto ralentización como aceleración de esas reacciones químicas. Estamos también influenciados por la temperatura exterior, que es capaz de modificar las necesidades energéticas y de ingesta calórica.
Y como dato final, el metabolismo basal consume entre 50 y 60 Kcal a la hora por m2 de superficie corporal, lo que genera calor; si no tuviéramos múltiples mecanismos compensadores de regulación de la temperatura, esta se elevaría un grado cada hora, hasta provocar la muerte por hipertermia. ¡Qué laboratorio más complejo y más preciso es el cuerpo humano!
Referencias
https://www.renc.es/imagenes/auxiliar/files/RENC2015supl1GER.pdf
http://www.scielo.org.co/pdf/rfmun/v59s1/v59s1a06.pdf
https://www.analesdepediatria.org/es-valoracion-del-gasto-energetico-ninos–articulo-S1695403308749105
https://www.elsevier.es/es-revista-offarm-4-articulo-trastornos-temperatura-corporal-13108301
https://ruc.udc.es/dspace/bitstream/handle/2183/24228/OteroFelpete_Angela_TFG_2019.pdf
https://www.eldiario.es/consumoclaro/cuidarse/temperatura-normal-cuerpo_1_1496752.html
https://inuba.com/blog/que-es-tasa-metabolica-basal-usos/
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