Fructoolilgosacáridos como prebiótico para la salud intestinal

Químicamente hablando, los fructooligosacáridos son oligosacáridos lineales formados por entre 10 y 20 monómeros de fructosa.

Están unidos por enlaces β(1→2) y pueden contener una molécula inicial de glucosa.

También se denominan oligofructosas u oligofructanos y,  habitualmente, se emplea la abreviatura FOS para referirnos a ellos.

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¿Qué es un prebiótico?

La definición de prebióticos ha ido cambiando durante los últimos años. Cuando se acuñó el término prebiótico, se hizo en relación al término probiótico.

Entonces hacía referencia a la capacidad de algunas sustancias para ser fermentadas por las bacterias comensales y servir así como “alimento” de estas.

Posteriormente, se amplió la definición.

Se dice que son: “aquellas sustancias no digeribles, fundamentalmente carbohidratos, que, consumidos en cantidades suficientes, deben producir efectos beneficiosos para la salud y el bienestar más allá de los efectos nutricionales habituales”.

Actualmente, la definición más aceptada es la de “un sustrato que es utilizado selectivamente por los microorganismos del hospedador confiriendo un beneficio para la salud”.

 

¿Qué es lo que cambiado en esta última definición?

Fundamentalmente dos aspectos. En primer lugar se ha eliminado la referencia que se hacía a los hidratos de carbono.

Esto es así porque se ha visto que algunas sustancias no relacionadas con carbohidratos como algunos ácidos grasos también pueden tener un efecto prebiótico.

Aunque, ciertamente, los carbohidratos siguen siendo el grupo más importante de sustancias prebióticas.

Fibra dietética y prebióticos, ¿sinónimos?

Otro aspecto importante que se incorpora en la última definición es el hecho de que se trate de sustratos que son utilizados selectivamente por las bacterias comensales.

Es decir, aquellos sustratos que pueden ser utilizados tanto por bacterias de la microbiota intestinal, como por otras enterobacterias no comensales, no pueden ser considerados prebióticos.

Los prebióticos tienen que favorecer exclusivamente el crecimiento y la proliferación de bifidobacterias y lactobacilos.

Pero dicho de otro modo. Tienen que tener un papel bifidogénico. Tienen que distinguirse de la fibra dietética que puede ser fermentada por un mayor número de microorganismos intestinales.

La presencia en el colon de estas sustancias con carácter prebiótico tiene como consecuencia directa la proliferación de las poblaciones bacterianas pertenecientes a la microbiota intestinal considerada eubiótica.

Además, la fermentación de estas fibras produce ácidos grasos de cadena corta como el ácido propiónico y el butírico. Estos inhiben el crecimiento de enterobacterias patógenas, además de servir como elemento nutritivo para los enterocitos, contribuyendo al mantenimiento de la barrera intestinal.

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Los fructooligosacáridos y su papel prebiótico

Además de cumplir con esta definición, para que una sustancia sea considerada como prebiótico, debe cumplir de manera estricta una condición.

Es la de llegar intacto al colon, es decir, no ser hidrolizado ni absorbido en tramos previos del tubo digestivo.

Químicamente, esta propiedad la cumplen aquellos fructanos con unión β(2-1), pues las enzimas del intestino delgado no pueden romper estas uniones.

La inulina y los fructooligosacáridos contienen estas uniones, por lo que llegan intactos al colon.

Aunque, como ya hemos dicho, en las definiciones actuales se contempla que no solo los carbohidratos pueden ser prebióticos.

En la práctica, los más utilizados y extendidos son los oligosacáridos, concretamente los fructooligosacáridos, galactooligosacáridos e inulina.

La leche materna contiene una alta cantidad de galactooligosacáridos (7-12 g/l). Es, por tanto, una importante fuente de prebióticos para el lactante.

A partir de la introducción de la alimentación variada, los prebióticos más abundantes en la dieta son los fructooligosacáridos provenientes de verduras, frutas y legumbres.

Los fructooligosacáridos se obtienen a partir de la hidrólisis de la inulina. Ambas sustancias, inulina y fructooligosacáridos, han recibido el reconocimiento de GRAS (Generally Recognized as Safe).

Esto ha propiciado que se utilicen sin restricciones como complemento alimenticio. También se pueden adquirir a través de la dieta. Son especialmente ricos en FOS algunos vegetales como la cebolla, el ajo, la alcachofa, los puerros o los espárragos entre otros.

Alimentar a nuestras bacterias….y algo más

Pero la importancia de los fructooligosacáridos va todavía más allá de su importante papel prebiótico y equilibrador de la microbiota intestinal.

Se ha evidenciado que la ingesta de fructooligosacáridos influye positivamente en la absorción de algunos minerales.

Destacan el calcio, el magnesio, el hierro y el zinc. Parece ser que la proliferación de lactobacilos en el colon disminuye el pH en la luz de esa región del tubo digestivo.

Esto promueve la reducción (ganancia de electrones) de estos minerales. La forma química reducida facilita la absorción de éstos.

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Resumiendo, los posibles efectos beneficiosos de los FOS, derivados de su papel como prebióticos, son:

  • La regulación de los procesos digestivos
  • Regulación del tránsito intestinal, siendo por tanto beneficiosos en casos de estreñimiento
  • Regulación de la respuesta inmune
  • Mejora de la absorción de nutrientes y minerales.
  • Prevención de enfermedades metabólicas
  • Etc.

Se ha hablado mucho sobre los probióticos. De hecho, cada día aparecen nuevas publicaciones que nos ayudan a conocerlos mejor y a entender el papel fundamental que tienen para conservar el estado de salud.

Sin embargo, no hay que olvidarse de lo que hasta hace poco tiempo parecía un concepto de segunda: los prebióticos. Los prebióticos no son “el hermano pobre” de los probióticos.

Son el sustrato que garantiza la proliferación de las poblaciones de bacterias beneficiosas en detrimento de las potencialmente patógenas.

Es decir, los prebióticos y en concreto los fructooligosacáridos consiguen el equilibrio de la microbiota intestinal o eubiosis y por tanto, su ingesta se relaciona con un estado óptimo de salud.

Referencias

https://www.elprobiotico.com/existe-consenso-en-la-definicion-de-prebioticos/
https://www.elprobiotico.com/y-de-los-prebioticos-no-hablamos/

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