La microbiota intestinal, compuesta por unos 100 billones de microorganismos, se va conformando desde la etapa fetal. Lo hace, principalmente, a partir de tres enterotipos: Bacteroides, Prevotella y Firmicutes.
Su funcionalidad y proporción puede modificarse en función del tipo de dieta, estilo de vida, hábitat y consumo de fármacos o tóxicos entre otros. Esta modificación provoca una disbiosis, por lo que es necesario restaurar la microbiota.
Funciones de las bacterias de la microbiota
El genoma de todos los microorganismos presentes en la microbiota se denomina microbioma. Puede caracterizarse a través de la secuenciación del rARN 16s y rADN 16s. Las funciones principales de las bacterias presentes en la microbiota pueden concretarse en aspectos colaborativos.
- En la absorción y síntesis de nutrientes y micronutrientes.
- Funciones barrera en el intestino.
- Funciones inmunológicas muy relevantes.
- Y control de la idoneidad de los microorganismos presentes en el hábitat intestinal.
Qué provoca la disbiosis
Diversas circunstancias ambientales o la instauración de algunas patologías ocasionan una alteración de la composición y funcionalidad de la microbiota denominada “disbiosis”.
En ocasiones esta alteración es decisiva para cronificar el cuadro patológico por lo cual es de interés restaurar la microbiota con diversos procedimientos que pueden ser de gran utilidad para mejorar el cuadro clínico o lograr su resolución.
En la actualidad hay evidencia de la importancia de la disbiosis en trastornos del aparato digestivo como diarreas, estreñimiento crónico, intolerancias alimentarias, colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn, celiaquía y la diarrea recurrente por Clostridium difficile.
También otros procesos inflamatorios o metabólicos como el asma, la artritis, dermatitis atópica, obesidad o diabetes tipo 2, presentan alteraciones evidentes en las poblaciones bacterianas intestinales, al igual que algunas patologías neurológicas o psiquiátricas.
Cómo se consigue restaurar la microbiota
Para la restauración del microbioma se plantean modificaciones específicas de la dieta. O, también, a través de la intervención nutricional a partir de dietas de precisión basadas en las ciencias “omicas”.
Estas medidas suelen ir acompañadas del aporte de bacterias saludables o sus promotores: probióticos, prebióticos o simbióticos.
En ocasiones es necesario el empleo inicial de antibióticos de estrecho espectro, la utilización de sustancias inhibidoras de especies nocivas, transferencias microbianas o trasplantación fecal de un donante sano.
* Resumen del Módulo 3 del Curso online Microbiota y salud realizado por el Dr. Javier Aranceta.
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