Niveles de linfocitos y su influencia sobre el sistema inmune

En términos muy generales, los linfocitos B son responsables de la inmunidad humoral (anticuerpos). Y, los linfocitos T, son responsables de la inmunidad celular.

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Respuesta innata y respuesta específica

Existen dos tipos de respuesta inmune del organismo frente a agentes patógenos: la respuesta inmune innata o inespecífica y la respuesta inmune específica o adaptativa.

El sistema inmunológico innato abarca diferentes tipos de barrera: barreras física, química, microbiológica y celular.

  • La barrera física está compuesta fundamentalmente por la piel y las mucosas.
  • Por su parte, la barrera química se compone de péptidos antimicrobianos, ácidos grasos, enzimas, cambios de pH, etc.
  • Y la barrera microbiológica está compuesta por la microbiota comensal del intestino, pulmón, etc. de ahí, la importancia de mantener una microbiota sana debido a su influencia sobre el mantenimiento y refuerzo del sistema inmunitario.

Las células implicadas en la inmunidad innata son: neutrófilos, eosinófilos, basófilos, mastocitos, monocitos, macrófagos, células dendríticas y células NK (natural killer) que reconocen patrones moleculares de los diferentes patógenos y factores de virulencia de los microorganismos patógenos. Los macrófagos y las células dendríticas son el puente entre la respuesta inmune innata y la respuesta inmune adaptativa, ya que son células fagocíticas que presentan antígenos microbianos a los linfocitos T y B.

La inmunidad adaptativa o adquirida es específica frente a un determinado antígeno. La inmunidad adaptativa no es inmediata, ni dura siempre toda la vida de la persona.

Las células involucradas en la respuesta inmune adaptativa incluyen los linfocitos B y los T.

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Tipos de linfocitos

Los linfocitos constituyen el 15-40% del total de la población de leucocitos circulantes. Los linfocitos se subdividen en tres categorías funcionales: linfocitos B, T y NK.

Se reconocen por sus diferentes receptores de superficie. Aproximadamente el 80% de los linfocitos circulantes son T. En torno al 15%, son linfocitos B. Y, los restantes, son células NK. EL linfocito NK o citolítico natural (natural Killer) pertenece a la respuesta inmune innata, aunque algunos autores le dan un papel de transición entre las dos respuestas inmunes.

Funciones de los diferentes linfocitos

Los linfocitos son los responsables del funcionamiento adecuado del sistema inmunitario. Para ser inmunitariamente competentes, migran a compartimentos corporales específicos con el objeto de madurar y expresar marcadores y receptores específicos. Los B se desarrollan en la médula ósea, mientras que los T migran a la corteza del timo.

Una vez se hacen inmunitariamente competentes, abandonan sus respectivos sitios de maduración, entran en el sistema linfoide y se dividen, formando un clon. Todos los miembros de un clon particular pueden reconocer y responder al mismo antígeno.

Podemos encontrar dos tipos de linfocitos B y T tras la estimulación con un antígeno: linfocitos efectores y los de memoria.

Linfocitos de memoria

Las linfocitos de memoria (bien B de memoria o bien T de memoria) no participan en la respuesta inmunitaria. Sin embargo, permanecen con memoria inmunitaria de ese antígeno, preparados para generar una respuesta si el antígeno volviese a ingresar en el organismo.

Células efectoras T

Por otro lado, las células efectoras T se clasifican en:

  • Linfocitos cooperadores (Th o T4). Contienen en la membrana celular unas proteína receptora denominadas CD4. Su función consiste en estimular a otros linfocitos T y a los linfocitos B. También regulan la respuesta inmune, provocando un aumento del número y de la actividad de los macrófagos.
  • Citotóxicos o T8 (CD8). Provocan la destrucción de las células infectadas o cancerosas.
  • Reguladores (Treg). Evitan una respuesta inmunitaria excesiva o desproporcionada, responsables de la tolerancia inmunológica y de no responder frente a lo propio.

 

 

Linfocitos cooperadores

Se conocen 3 tipos de linfocitos cooperadores o Th:

  • Th1 que coordinan respuestas frente a bacterias y virus intracelulares
  • Th2 que coordina respuesta frente a parásitos intestinales y bacterias extracelulares
  • Th17 que coordina respuesta frente a las bacterias de crecimiento extracelular y hongos. La hiperfunción de las TH17 está asociada a enfermedades como la artritis reumatoide debido a la hipersecreción de la interleucina-17.

Se ha descrito que diversos procesos patológicos de base inmune se deben a disregulación de los Th o cooperadores. Así, un estímulo importante que genere los Th1 se asocia a procesos inflamatorios, mientras que el estímulo que genere los Th2 desencadena enfermedad alérgica. Se han descubierto recientemente nuevas líneas celulares de los linfocitos Th como el Th9 y el Th22 que actualmente se están investigando su papel.

Los linfocitos efectores B se diferencian en células plasmáticas maduras y van a producir diferentes tipos de inmunoglobulinas o anticuerpos.

Recientemente se han descubierto un tipo de Linfocito B o Bregs que tienen efectos antiinflamatorios. También interactúan con otras células inmunes y favorecen la producción de células T reguladoras o Tregs.

Niveles de linfocitos en el organismo

El recuento normal de linfocitos en una fórmula leucocitaria se encuentra entre 1000-4000 linfocitos por µL, dependiendo de cada individuo. Esto corresponde entre 15 y el 40% del total de leucocitos. En los niños podemos encontrar cifras más elevadas de linfocitos entre 3000 y 9500 linfocitos por µL. Los recuentos inusualmente altos o bajos de linfocitos pueden ser una señal de enfermedad.

Los recuentos de linfocitos por encima del rango normal pueden ser como consecuencia de una infección o inflamación. Como norma general, se considera que, en las personas adultas, un recuento superior a 3000 linfocitos en un microlitro de sangre se considera, en general, linfocitosis.

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Linfocitosis

La linfocitosis se asocia frecuentemente a infecciones agudas (de forma general víricas) o crónicas, reacciones a fármacos, traumatismos, cirugía mayor, etc. En otras ocasiones cuando la cifra se mantiene elevada, se deben a proliferación linfática maligna y enfermedades autoinmunes, como la enfermedad inflamatoria intestinal.

Los recuentos de linfocitos por debajo del rango normal también pueden ser temporales. Pueden ocurrir después de un resfriado u otra infección (COVID19, gripe, etc.), o ser causados por ejercicio físico intenso, estrés severo o desnutrición.

Un nivel bajo de linfocitos se conoce como linfocitopenia o linfopenia. La linfocitopenia puede ser secundaria a enfermedades hereditarias, enfermedades nerviosas, enfermedades autoinmunes, SIDA, ciertas enfermedades infecciosas, neoplasias, medicamentos u otros tratamientos médicos. Por lo general, una cifra menor de 1000 linfocitos por microlitro de sangre para adultos, y menos de 3000 linfocitos para niños se considera linfopenia.

En algunas ocasiones, ante una alteración del recuento de linfocitos, es necesario realizar un análisis de linfocitos T y B (detección de células T y B). Se realiza cuando se sospecha una inmunodeficiencia o bien se quiere averiguar la causa de esa alteración.

La mayoría de los casos de linfocitosis y linfopenia son respuestas frente a infecciones o inflamaciones que tras un periodo de tiempo desaparecen. En otros casos, cuando el recuento sea anormalmente alto o bajo de forma crónica será necesario realizar análisis más complejos como punción de médula ósea, etc. para realizar el diagnóstico correcto.

Referencias

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Fernández, Á. G., Mastache, E. F., & Abalde, S. L. LINFOCITOS T Y B.
https://scholar.googleusercontent.com/scholar?q=cache:RneYG5RQQcUJ:scholar.google.com/+tipos+de+linfocitos&hl=es&as_sdt=0,5

Navarro-Hernández, I. C., Cervantes-Díaz, R., Romero-Ramírez, S., Sosa-Hernández, V. A., Kleinberg, A., Meza-Sánchez, D. E., & Maravillas-Montero, J. L. (2018). Participación de los linfocitos B reguladores (Breg) en las enfermedades alérgicas. Revista alergia México, 65(4), 400-413.

Ruiz-Sánchez, B. P., Cruz-Zárate, D., Estrada-García, I., & Wong-Baeza, I. (2017). Las células linfoides innatas y su papel en la regulación de la respuesta inmune. Revista alergia México, 64(3), 347-363.

 

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