Cuidar la inmunidad, ¿apuesta de futuro o moda pasajera?

En el contexto actual de pandemia, es fácil entender cómo la población general ha empezado a preocuparse por su inmunidad. Por fortuna, hay una serie de hábitos saludables que favorecen la acción del sistema inmune y que se han incorporado bastante a la vida de todas las personas.

Cuidar la inmunidad, ¿apuesta de futuro o moda pasajera?: inmunidad - HeelEspaña

Coronavirus

Cuando en diciembre de 2019 se empezaron a documentar en China los primeros casos de una neumonía por coronavirus con características diferentes a las habituales, ni imaginábamos lo que iba a ocurrir a continuación.

En la era de la “supermedicina”, en la época de los fármacos más sofisticados, jamás hubiéramos pensado que íbamos a vivir una terrible pandemia. Pero así ha sido y hemos dejado de identificar esta palabra con la peste del siglo XIV o con la mal llamada gripe española de 1918.

De pronto, las conversaciones del supermercado o los programas de televisión giraban en torno a cuestiones que hasta el momento habían sido estrictamente médicas. Gran parte de la población descubrió al epidemiólogo que llevaba dentro. Incluso en los programas del corazón se hablaba de antígenos o de espículas del virus con gran soltura.

Todos hicimos el curso acelerado de tipos y usos de las mascarillas. Además, aprendimos a lavarnos las manos lo que, por cierto, a algunos les vino muy bien.

Aunque actualmente la situación se ha relajado bastante gracias a las vacunas de las que, por cierto, también nos hemos hecho todos expertos, aún seguimos inmersos en una pandemia que no sabemos cuándo va a terminar.

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Preocupación por cuidar la inmunidad

En este contexto, es fácil entender cómo la población general ha empezado a preocuparse por su sistema inmunológico. El hecho de que, sobre todo al inicio de la pandemia, en casi todos los programas de televisión interviniera a diario un inmunólogo o un microbiólogo, ha tenido un valor didáctico muy grande.

Las personas sin conocimientos médicos han empezado a entender, aunque sea de manera somera, cómo funciona el sistema inmunológico y realmente muchas de las explicaciones que se han dado han sido muy buenas y muy claras.

Por fortuna, hay una serie de hábitos saludables que favorecen la acción del sistema inmune y que se han incorporado bastante a la vida de todas las personas. Además de la higiene de manos, que ya está bastante interiorizada en casi todas las personas, hay otras acciones que parece que la población general está teniendo muy en cuenta.

  • Hacer ejercicio regularmente. Recordemos cuando había lista de espera para comprar una bicicleta.
  • Seguir una dieta saludable. Aunque durante el confinamiento hubo un aumento de las comidas “por capricho”, parece que eso se ha corregido bastante. La gente ha empezado a comprender muy bien la importancia de una dieta sana, entre otras cosas por la necesidad de una serie de vitaminas y minerales, que deben adquirirse a través de la alimentación y que son imprescindibles para el metabolismo de las células inmunes. Entre estos minerales y vitaminas, debemos nombrar al cobre, hierro, selenio, zinc, folato, vitamina A, B6, B12, C y D, entre otros.

La prueba de que todas estas medidas son eficaces para reforzar la inmunidad es que no sólo nos han protegido frente al SARS-CoV-2. También nos han protegido frente a otros virus. El invierno 2020-2021 ha sido uno de los más bajos de la historia en número de casos de gripe.

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La mejor forma de cuidar nuestra inmunidad

Esto no le ha pasado desapercibido a la población general. Es por ello que mucha gente se ha planteado que cuidar su inmunidad es una buena forma de mantener la salud. Pero claro, ahora viene la pregunta, fácil de hacer y difícil de responder. ¿Cómo se cuida el sistema inmunitario?

El sistema inmune, como sabemos, es muy complejo. Participan elementos celulares, histológicos, mediadores químicos, etc… Es difícil establecer una única actuación que intervenga en los distintos niveles de una respuesta inmune.

Hay bastante consenso sobre la conveniencia de ciertos hábitos como los que ya hemos mencionado respecto a la alimentación, el ejercicio o la higiene.

A estos deberían sumarse la restricción del alcohol, evitar el tabaco, gozar de una buena salud emocional y disfrutar de un sueño de calidad.

Algo que no podemos olvidar es que por muy compleja que sea la respuesta inmune. Esta siempre comienza con el contacto inicial entre el organismo y el patógeno. Este primer encuentro se produce en los tejidos que denominamos primera línea de defensa. Es decir, la piel y las mucosas.

Papel de la microbiota en la inmunidad

El papel de las mucosas es fundamental en el desarrollo de la respuesta inmune y no solamente a nivel local. Por la similitud histológica y funcional que existe entre ellas, son innegables las conexiones entre los distintos territorios. Esto ha quedado palpable en los pacientes afectados de COVID-19.

Aunque la COVID-19 se haya caracterizado como una enfermedad respiratoria, se han demostrado cambios en la mucosa intestinal y más concretamente en la microbiota intestinal, que tienen incluso un valor predictivo en cuanto a la gravedad de la enfermedad.

Se ha evidenciado que los pacientes con COVID-19 muestran cambios en su microbiota intestinal. Y, a menudo, presentan síntomas gastrointestinales, especialmente los pacientes de edad avanzada. La disbiosis encontrada en estos pacientes se asocia además con niveles elevados de citoquinas. Además, parece probado que la microbiota intestinal influye en la respuesta inmune en pacientes con COVID-19 así como en el pronóstico de la enfermedad.

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Evidencia científica

Se ha encontrado un aumento de Granulicatella y Rothia mucilaginosa en los pacientes COVID-19 (+), tanto en mucosa oral como intestinal. Además, en el intestino, hay mayor presencia de Ruminococcus gnavus y Ruminococcus torques. Pero también de Bacteroides dorei, siendo estas bacterias de carácter proinflamatorio. Por otra parte, se ha visto diminución de Eubacterium rectale y Faecalibacterium prausnitzii entre otros, en los pacientes con infección por SARS-CoV-2.

Estas evidencias abren una puerta nueva en el tratamiento de la COVID-19. Aunque es pronto para saber cómo manejar estos datos. Pero lo que ya está claro es que una microbiota equilibrada es garantía de buen funcionamiento del sistema inmune y del estado de salud en general.

Cepa probiótica más estudiada: Lactobacillus Rhamnosus GG

Existe ya una sólida evidencia científica sobre la relación entre microbiota intestinal y funcionamiento del sistema inmune o la inmunidad. Y, en este sentido, algunas cepas bacterianas probióticas han demostrado su papel. Podemos mencionar una de las más estudiadas, el Lactobacillus Rhamnosus GG. En los más de 1.000 estudios publicados sobre esta cepa, se ha podido concluir que produce:

  • Bacteriocinas tanto frente a gérmenes gram positivos como a gram negativos
  • Inhibe el crecimiento de algunos patógenos como Clostridium spp., Pseudomonas spp., Salmonella spp., Escherichia coli, Staphylococcus y Streptococcus spp.
  • Es capaz de inhibir la adhesión de microorganismos patógenos a la mucosa intestinal. También normaliza la función de barrera y la permeabilidad intestinal.
  • Además de estimular la respuesta inmunológica inespecífica mediada por IgA, IgG e IgM y la inespecífica mediada por linfocitos TCD4.

No nos equivocamos si decimos que la pandemia nos ha cambiado la vida. Y no solo a nivel social. También laboral y en otros muchos ámbitos. Uno de estos cambios ha sido el conocimiento de lo que significa el sistema inmune y la preocupación de la población general por su buen funcionamiento.

La conciencia de que vivimos rodeados de microorganismos. Es el sistema inmune el que establece una relación adecuada con ellos. Todo esto nos ha venido desgraciadamente de golpe. Pero es posible que esto nos sirva para tener en cuenta determinados hábitos y modos de vida que nos ayuden al buen funcionamiento de este sistema inmune.

A veces lo que empieza como una moda, se queda como un hábito. En este caso, yo creo que podemos decir que será así.

Referencias
• Hooper LV, Littman DR, Macpherson AJ. Interactions between the microbiota and the immune system. Science. 2012 Jun 8;336(6086):1268-73. doi: 10.1126/science.1223490. Epub 2012 Jun 6. PMID: 22674334; PMCID: PMC4420145
• Yeoh YK, Zuo T, Lui GC, Zhang F, Liu Q, Li AY, Chung AC, Cheung CP, Tso EY, Fung KS, Chan V, Ling L, Joynt G, Hui DS, Chow KM, Ng SSS, Li TC, Ng RW, Yip TC, Wong GL, Chan FK, Wong CK, Chan PK, Ng SC. Gut microbiota composition reflects disease severity and dysfunctional immune responses in patients with COVID-19. Gut. 2021 Apr;70(4):698-706. doi: 10.1136/gutjnl-2020-323020. Epub 2021 Jan 11. PMID: 33431578; PMCID: PMC7804842.
• Wu Y, Cheng X, Jiang G, Tang H, Ming S, Tang L, Lu J, Guo C, Shan H, Huang X. Altered oral and gut microbiota and its association with SARS-CoV-2 viral load in COVID-19 patients during hospitalization. NPJ Biofilms Microbiomes. 2021 Jul 22;7(1):61. doi: 10.1038/s41522-021-00232-5. PMID: 34294722; PMCID: PMC8298611.

 

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